El pasado fin de semana fué el tradicional festejo que los quintos (ya sin mili) aprovechan para desfogarse.
El Lunes siguiente hemos estado acompañandoles por las calles; ha sido muy emocionante verles rociar todo lo que pillaban (se moviese o no) con vino tinto.
La nota extraordinaria fué que Jose Luis nos llamó para que le ayudáramos las tres horas de pasacalles al darse cuenta de que quizas iba a ser precipitado para él.
Esta hecho un valiente!!
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